Prácticas del Grado de Psicología
Aprendiendo a ser Psicólogos en el Teléfono de Atención al Menor
No pueden verles la cara. No les conocen, no saben dónde viven ni cómo se llaman. Lo único que les une a ellos es un teléfono por el escuchan su voz, generalmente rota de angustia, miedo, desesperación y dolor. Al otro lado del auricular, niños y adolescentes que llaman al Teléfono de Atención al Menor, que gestiona la Fundación ANAR. A este otro lado, concentrados en sus conversaciones, estudiantes de cuarto curso de Psicología del CES Cardenal Cisneros, que están realizando sus prácticas desde hace ya varias semanas en este servicio.
Esta oportunidad de afianzar lo que han estudiado en las aulas del Cardenal Cisneros no tiene precio porque aquí los chicos desempeñan un papel social fundamental, y se convierten en protagonistas del cumplimiento de la misión de la Fundación: ayudar a niños y adolescentes en riesgo. Así lo explica Paco Abengózar, responsable de Admisiones de Prácticas en la Fundación.
Para llegar hasta donde están ahora, sentados frente a un ordenador, ataviados con cascos y micro y conscientes de la trascendencia de su trabajo, antes han tenido que pasar una selección y un periodo intenso de formación. “El primer paso es la selección que hace la universidad Cardenal Cisneros, que nos manda entre 22 y 25 alumnos”, dice Luisa Fernanda Yagüez, responsable de Formación de ANAR. “De ellos prácticamente la totalidad se quedan a completar las prácticas con nosotros”, si bien es cierto que un pequeño porcentaje no supera alguna de las fases:
La primera es una formación puramente teórica de 35 horas. Posteriormente pasan a la fase de co-escucha para empezar a atender las llamadas, pero en permanente compañía de un psicólogo especializado en formación, quien les ayuda en sus respuestas y supervisa si los estudiantes pueden pasar a sala, donde definitivamente atenderán el chat o las llamadas.
A diario los estudiantes en prácticas escuchan situaciones muy extremas y casos de gran impacto emocional a través de las llamadas. “No vienen a algo sencillo, escuchan cosas muy fuertes y se enfrentan a una realidad que les hace madurar de golpe”, explica Lusa Fernanda, cuyo consejo es muy realista: “Que los chicos vengan ya llorados de casa”.
Sara Meltzer es una de las alumnas del Cisneros que han hecho sus prácticas en la Fundación Anar. Se siente “afortunada” por haber vivido esta experiencia y asegura que “cada día y gracias a esto, considero que seré una mejor profesional. Mi fortaleza interna, cada vez que escucho por parte de un llamante: “gracias, te estaré siempre agradecido, me has ayudado” amplía mi entusiasmo y orgullo por cursar esta carrera”. Para Sara, “con cada llamada aprendes algo nuevo. Escuchas, comprendes, empatizas y pretendes brindar a aquellas personas que se encuentran en una situación problemática, los recursos, orientaciones y herramientas que logren modificar su estado”.
Una de las peculiaridades del trabajo, tanto de los estudiantes como de los profesionales que trabajan en este servicio, es que no hacen terapia sino que realizan orientación psicológica e intervención en crisis. “Somos la puerta de entrada al sistema de protección de quienes nos llaman, una especie de 112 para los niños”, asegura esta psicóloga clínica. Una vez que llaman se les atiende, tranquiliza y orienta, trabajando conjuntamente con el equipo de trabajadores sociales y abogados de la Fundación para después derivarles a los recursos públicos y gratuitos que requieran en cada caso. Las llamadas que se realizan son siempre confidenciales, no dejan rastro en la factura ni el teléfono y no se graban.
Además del Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes, la Fundación también gestiona el Teléfono del Adulto y la Familia; y el Teléfono ANAR para Casos de Niños Desaparecidos, a los que se suman otras iniciativas de ayuda a menores como los hogares de acogida en España, Colombia, Perú y México y el Programa de Buen trato en colegios e institutos.
Desde el año 2016 la Fundación ANAR y el CES Cardenal Cisneros desarrollan conjuntamente la iniciativa “Premios ANAR a la excelencia académica”, becas de trabajo de seis meses de duración en la Fundación y sufragadas por el CES Cardenal Cisneros, que premia así a los mejores expedientes académicos del grado de Psicología de nuestro centro, otra motivación más para nuestros alumnos que, gracias a estos programas de prácticas, terminan sus estudios con una altísima preparación y listos para enfrentarse a la realidad de la vida laboral.
Texto: Elena Delgado.
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