Yolanda, Ignacio y Cristina, alumnos usuarios de la Unidad de Apoyo a la Diversidad: “Recomendaría a cualquier alumno que lo necesite, que contacte con esta oficina”
Estos tres estudiantes de Psicología y Derecho explican su experiencia y cómo esta oficina les ha ayudado a conseguir sus objetivos académicos
Yolanda e Ignacio son alumnos del CES Cardenal Cisneros. Ella en el grado de Psicología y él en el de Derecho. Cristina finalizó el pasado curso sus estudios, también de Psicología, en nuestro Centro, y ahora cursa el Máster de Psicología General Sanitaria. Los tres tienen algo en común: ser usuarios de la Unidad de Apoyo a la Diversidad, cuyo objetivo es garantizar la plena integración de todos los alumnos durante su formación universitaria. De la mano de Nuria Calderón, que dirige esta oficina desde 2010, han podido desarrollar su camino junto a sus compañeros en condiciones de equidad y justicia.
Los tres contactaron con la unidad en cuanto comenzaron sus estudios. Yolanda e Ignacio reconocen que a veces resulta complicado dar el paso de reconocer la situación, pero “o lo haces o vas por detrás del resto”, afirman.
“Lo mío es evidente, pero aun así cuesta a veces pedir ayuda”, indica Yolanda que ha perdido casi toda la visión a consecuencia de una retinosis pigmentaria que comenzó a generarle problemas a los 16 años y que provocó que en un momento dado decidiera reconvertir su perfil profesional y cursar el grado en Psicología en nuestro Centro. Tiene un expediente brillante. A su esfuerzo, se ha sumado el trabajo que se realiza desde el programa de Apoyo a la Diversidad, gracias al que también ha contado con la ayuda de dos compañeras de carrera, Gisele y Araceli. “Ellas me han dado apoyo en todo, desde facilitarme apuntes, hasta leerme los subtítulos de una película que se estaba proyectando en clase”, explica.
El papel de Nuria Calderón en todo ese proceso es imprescindible. Ignacio, que conoció la Unidad de Apoyo a través de la Universidad Complutense de Madrid, explica que la mejora en la comunicación con los profesores o la accesibilidad en los exámenes han sido dos de los aspectos en los que el trabajo realizado desde esta unidad ha sido clave. “Nosotros le explicamos a Nuria qué necesidad detectamos y ella es la que se encarga de hablar con los profesores para que ellos sepan cómo adaptarse a nuestras necesidades específicas”, explica. “Sin duda, recomendaría a cualquier alumno que lo necesite que contacte con esta Unidad”.
Cristina, con dislexia, terminó su grado el año pasado. Para ella la adaptación también ha sido muy importante. “Me ha ayudado a lograr todos los objetivos académicos que me he propuesto a lo largo de los 4 años facilitándome adaptaciones como tiempo extra en los exámenes, tener en cuenta mi situación en la corrección de trabajos o prestándome el temario previo a la clase para poder llevarlas preparadas”, indica. Ella conoció esta Unidad gracias a algunas compañeras que se encontraban en la misma situación. “Cuando me brindaron la oportunidad de darle visibilidad a esta unidad, no lo dudé ni un momento. Recomiendo sinceramente a cualquier persona que tenga cualquier tipo de dificultad que se ponga en contacto con ellos”, afirma.
Algo similar indica Yolanda, que asegura que tiene una amiga con una hija invidente que está pensando en estudiar Psicología y no ha dudado en recomendarle esta opción. La alumna afirma que la vida ya les pone muchos obstáculos, por lo que, si pueden tener apoyo en el camino universitario para poder afrontar sus estudios, es algo que no hay que dejarlo pasar.
Todos tienen claro que, sin este apoyo, su paso por las aulas habría sido más complicado. “En mi caso habría supuesto más esfuerzo y me habría costado más”, asegura Ignacio, estudiante de Derecho, que además es miembro del Club de Debate del Centro.
Sobre la responsable del programa, que es el alma de esta Unidad, todos tienen palabras amables. “Nuria es una persona accesible, siempre amable, que pone una buena cara ante la dificultad y aunque la situación sea difícil, al final conseguimos encontrar una solución”, asegura Yolanda.
Esta estudiante de Psicología, cuya perra guía es una miembro más de nuestra comunidad universitaria, explica que se ha encontrado con casos en los que le ha podido resultar más complicado que un profesor se adaptara. “A veces es una situación nueva para el docente, que no sabe cómo abordarla, pero para mí también es desbordante”. Sin embargo, la intervención de la responsable de la Unidad de Apoyo a la diversidad sirvió para que entre todos pudieran llegar a un sistema justo.
FUNCIONANDO DESDE 2010
Hasta el curso 2021/2022, la Unidad de Apoyo a la Diversidad ha atendido a 44 estudiantes. La mayoría por necesidades educativas especiales como dislexia o déficit de atención y también por ansiedad o depresión. Casi el 3% de nuestros alumnos ha pasado por esta Unidad que se puso en marcha en 2010.
La historia de una estudiante fue el detonante de la puesta en marcha de esta oficina. “Era una chica con una fuerte vocación para la Psicología, pero con grandes dificultades para el estudio y posterior demostración de sus conocimientos, lo que llevaba aparejado una alta tasa de fracaso académico y un gran sufrimiento personal”, explicaba Nuria Calderón. Tras mantener varias sesiones de tutoría, la joven reconoció que había sido diagnosticada como disléxica y siempre había tenido problemas para aprender. A raíz de ahí se pusieron a trabajar técnicas de estudio y logró graduarse y ejercer en el ámbito de la Psicología del Trabajo. Este caso fue el primero de muchos otros, ya en el marco de esta oficina.
Trabajar para ofrecer condiciones de equidad y justicia para todos nuestros estudiantes sigue siendo el objetivo de esta unidad, que es ya una de las señas de identidad de nuestro Centro.
Desde esta oficina se trabaja también en apoyo a la diversidad sexual y de identidad de género, personas refugiadas y migrantes y deportistas de alto rendimiento. Está vinculada a la Unidad de Apoyo de la Universidad Complutense de Madrid.
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